MUJERES DE LA GENERACIÓN DEL 27
Nació en Valladolid el 25 de noviembre de 1908 en el seno de una familia de clase media. En 1912 muere su padre de forma repentina. En aquel momento Margarita tenía cuatro años y sus hermanas Carmen y María Luisa cinco y dos, respectivamente. La madre, Carmen Robledo, que tenía el oficio de costurera, a pesar de las presiones familiares, no vuelve a casarse, pues era una mujer autónoma y de fuerte carácter emprendedor.
En 1923, a los quince años de edad, Margarita ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde conoce a Maruja Mallo y Salvador Dalí, de quienes se hace muy amiga. A través de ellos conoce a Federico García Lorca, que le dedicó su romance “Muerto de amor” del Romancero Gitano, pues mantuvieron una entrañable amistad.
Es famosa la anécdota de la visita del grupo de amigos al monasterio de Santo Domingo de Silos: como la entrada estaba vedada para las mujeres, Maruja Mallo y Margarita Manso decidieron disfrazarse de hombres y así pudieron visitar el cenobio.
Fue amiga de los miembros de la Generación del 27, pero sobre todo fue una mujer cosmopolita, una más de esas mujeres modernas de la España de los años 20 y 30 que quedaron desdibujadas en la historia y sometidas a la oscuridad de la dictadura. Perteneció al grupo de Las Sinsombrero, cuya anécdota ya hemos recogido en este blog dentro de la entrada dedicada a Maruja Mallo.
Su carácter transgresor la afianzó en los ambientes intelectuales de la capital, pero lo que sorprende de esta artista es que, a pesar de su mentalidad liberal, se enamoró de un falangista: Alfonso Ponce de León, compañero de estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, escenógrafo del teatro la Barraca, con el que se casó en 1933. Sin embargo su matrimonio no duró mucho, ya que Alfonso se afilió a la Falange Española y murió asesinado al comienzo de la Guerra Civil. Este suceso la cambió para siempre.
A Margarita Manso la guerra se lo quita todo. Primero el asesinato de su gran amigo Federico García Lorca por los militares sublevados; después el exilio de su hermana Carmen, su sobrino Carlos y su madre a México; y finalmente el golpe definitivo y su peor pesadilla. El 19 de septiembre de 1936 Alfonso Ponce de León es secuestrado mientras los dos paseaban por la Castellana, siendo asesinado en una checa dos días después. Más tarde el padre y dos hermanos de Alfonso también serán asesinados. Estos hechos destrozan a Margarita quien, bajo una crisis nerviosa, huye de España con destino a Italia para reunirse con su hermana pequeña María Luisa, casada con el pintor Francisco Maura y que morirá pocos años después.
En 1938 Margarita vuelve a España y decide instalarse en zona nacional, en la ciudad de Burgos, donde es acogida por el entorno del poeta e intelectual falangista Dionisio Ridruejo, amigo íntimo de Ponce de León. Durante los años posteriores Margarita diseña e ilustra carteles y decorados para las obras teatrales que Ridruejo dirige con su grupo en Burgos. Pero Margarita está emocional y vitalmente rota y sola.
En 1940, seguramente muy animada por su madre que desde México sufre por la situación de su hija, se casa con el doctor Enrique Conde Gargollo, un médico de fuertes convicciones franquistas y responsable años después de la publicación de las obras completas de José Antonio Primo de Rivera.
Margarita se va apagando en la España gris de la dictadura y se vuelve una mujer devota y falangista. El resto de su vida esconderá su pasado, su íntima amistad y sus vivencias con Lorca, Dalí y Mallo..., y los sueños de los que un día creyeron poder cambiar el mundo.
Margarita Manso fue una pintora destacada, pero existen muy pocos registros confiables sobre su trabajo. Al ser integrante de la Generación del 27, se presume que incursionó en el movimiento surrealista por la enorme influencia de Dalí.
Según Concha Mayordomo “la biografía de Margarita Manso es tan potente que se cumple la máxima del personaje que anula la obra… ”.
Muere en 1960, relativamente joven, con 51 años por una enfermedad incurable pero, según el testimonio de un familiar, Margarita murió también de tristeza, porque nunca llegó a recuperarse del trágico final de su primer marido aquel fatídico 19 de septiembre de 1936.