Cuando se trata de derechos vindicados y reivindicados, suele apreciarse que se
extiende en la opinión pública (publicada) una confusión muy grande para impedir la
claridad y el aporte de medidas tendentes a lograr el derecho o derechos en cuestión.
En este sentido, La Gran Logia Femenina de España (GLFE) quiere hacer notar la
gran confusión que se está generando en relación a los derechos de las mujeres y las
niñas, porque, junto a un avance innegable con respecto al trabajo remunerado y las
leyes contra la violencia que se ejerce contra las mujeres, se constata también que el
trabajo que recibimos es de peor calidad, en el sentido de importancia y relevancia,
posibilidad de gestión y de promoción, horario razonable, etc., y seguimos sufriendo
medias jornadas, teletrabajo, para poder atender a las tareas no remuneradas:
criaturas, personas enfermas, o mayores, etc., y brecha salarial, por poner solo unos
pocos ejemplos de lo que vivimos en el día a día en nuestras sociedades.
Con respecto a las leyes que protegen a las mujeres de la violencia exacerbada de la
que somos objeto, nos parecen insuficientes y aún no se ha conseguido dar con la
mejor solución. Además, el ruido de políticos e “intelectuales” cuestionando las medias
arbitradas, empeora una situación ya de por sí deteriorada y con retrocesos en
bastantes casos.
El acoso y derribo al feminismo, por medio no solo de la demonización tradicional
contra el movimiento, sino, y peor aún, la apropiación indebida del término, que intenta
hacer colar como feministas ciertas políticas y actitudes que no lo son, nos sitúa, a
mujeres y varones, en la misma posición de desconcierto en que se nos coloca en
otros asuntos públicos igual de importantes en los que también nos jugamos la
libertad, la igualdad y la fraternidad.
En otras partes del mundo vemos igualmente como se cuestionan derechos
adquiridos. En Argentina, por ejemplo, sobre una nueva propuesta de la Ley del aborto
muy peligrosa y que nos hace retroceder décadas. Por ello queremos hoy expresar
nuestra solidaridad y sororidad con nuestras Hermanas de la Gran Logia Femenina de
Argentina y tener presente la frase de Simone de Beauvoir en la que nos dijo: “No
olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los
derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan
por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.