Cuidar y respetar la naturaleza

septiembre 6, 2021

Análisis de la situación (Parte I)

“Si algo sostenible sólo se lo puede permitir un tercio de la población, entonces no es sostenible”

Anna Heringer

“La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos”

Proverbio indio

El ser humano ha generado un desequilibrio en la naturaleza. Nuestra falta de humildad nos ha hecho creer que somos los dueños de lo que nos rodea. Hemos considerado que la naturaleza debe ser dominada y saqueada, porque la hemos contemplado como un recurso económico, del que unos pocos sacan beneficio a costa de hipotecar el futuro de los demás.

Muchos estudios ponen de manifiesto la gravedad de la situación y señalan que el actual cambio del clima es muy diferente a otros anteriores, fundamentalmente por dos motivos: por sus causas, pues se ha originado por la emisión de los gases efecto invernadero que dan lugar al calentamiento global, y por su velocidad, produciéndose de forma mucho más acelerada que cambios climáticos ocurridos en épocas anteriores.

Por otro lado, la contaminación y la degradación de la naturaleza traen consigo hambrunas, pobreza, migraciones, aparición de enfermedades por destrucción e invasión de los hábitats de los animales salvajes y sequías, a lo que se une la injusta distribución de la riqueza entre los distintos lugares del mundo, concentrándose en manos de unos pocos.

Esta situación se explica en gran medida por la forma de producir y de consumir que el capitalismo ha ido generando desde sus orígenes, sin considerar lo limitado de los recursos naturales y produciendo los efectos destructivos sobre el medio ambiente y sobre la vida de las personas que estamos sufriendo actualmente.

Por tanto, es preciso un cuestionamiento crítico de nuestra forma de producir y de consumir que tanta desigualdad y pobreza genera. Esto es algo que compete a las instituciones y gobiernos, pero también interpela a cada uno de nosotros en nuestra forma de actuar cada día.

En la situación actual de emergencia, es preciso un cambio estructural en dos ámbitos:

  • Socio-político: muchos gobiernos nacionales y entidades internacionales han tomado conciencia de que el cuidado de la naturaleza es uno de los retos ineludibles de nuestro tiempo y están desarrollando proyectos y programas para buscar soluciones, aunque los grandes poderes, unos más visibles que otros, frenan y obstaculizan estas iniciativas. Con nuestra participación ciudadana podemos contribuir apoyando aquellas iniciativas respetuosas con el medio ambiente y rechazar las que no lo son.
  • Psicosocial y personal: cada vez más ciudadanos y ciudadanas toman conciencia del necesario cambio de actitudes que hemos de asumir y desarrollar. Es preciso que cada uno de nosotros intentemos transformar nuestros hábitos para disminuir nuestra huella en el mundo. Esto supone un cambio de mentalidad en el que el consumismo sea sustituido por una cultura que exija el respeto a la naturaleza, a sus ciclos y a sus necesidades. Debemos comprender y asumir que todo lo que habita en la Tierra tiene una relación de interdependencia que debe ser respetada.

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