Viajando…
Primero un viaje para trasladarme de mi país natal a Málaga para continuar mi camino.
Luego la toma de conciencia de un doble reto: otro idioma y un nuevo país con su cultura y sus costumbres…
Me encuentro con una Obediencia relativamente reciente y con pocas logias, en comparación con Francia, lo que supone un gran cambio para mí.
Además, empiezo a conocer en la Logia Clara Campoamor hermanas muy motivadas y conscientes de su responsabilidad en desarrollar y en asentar la masonería femenina.
Las hermanas me acogen con entusiasmo. Enseguida me siento llevada por una dinámica que me gusta y con la cual me siento en sintonía. Al fin y al cabo, el idioma no resulta ser verdaderamente un freno tan importante. A pesar de mis lagunas voy aprendiendo cada día más… Sí, entiendo bastante bien y eso es un buen punto de partida.
Los rituales son los mismos que en Francia y se respetan y practican con rigor. Cuando en algún momento surge un error se enmienda sencillamente.
Me siento orgullosa de aportar mi piedra al edificio de esta logia, participo en la medida de mis posibilidades y voy descubriendo nuevos aprendizajes. También estoy impresionada por la sororidad y la solidaridad que percibo en la Logia Clara Campoamor.
Además de mi incorporación a la Logia Clara Campoamor, otro desafío me espera en mi gran aventura española: la creación de un triángulo de la GLFE, es decir, participar en el nacimiento de la primera logia femenina de Andalucía, en Málaga.
Cada día aprendo un poco más de lo que significa un triángulo y cómo funciona. Es muy interesante y estimulante. Ya que esta lucha para poner en valor a las mujeres, darles su verdadero sitio y así hacer avanzar la sociedad, es y será siempre mi principal meta.
También en esta tarea me siento muy implicada y me estoy empleando a fondo en ello. De hecho, estoy apoyando a la primera aprendiza que ha pasado a compañera en nuestro triángulo. Es un honor y un gran placer.
Cuando llegó la pandemia, nos alejamos durante unos meses, pero no interrumpimos nuestros encuentros por videoconferencia. Así conseguimos mantener nuestros trabajos y nuestro vínculo, tanto en el triángulo como en mi logia. Nuestro triángulo evoluciona con ritmo propio, retomamos las tenidas y tenemos muchas esperanzas para 2023.
La Logia Clara Campoamor es mi logia de nacimiento en España y en ella encuentro el estímulo para trasladar a mi día a día lo trabajado en nuestras reuniones. Además, me ha permitido familiarizarme con la vida y el legado de una mujer tan inspiradora como la abogada, política y feminista Clara Campoamor a la que no conocía. Reconozco y admiro la gran labor realizada por ella.
Además, me siento muy agradecida con mi logia en la que he podido hacer un viaje intenso: mi experiencia en la Logia Clara Campoamor con todas mis hermanas me reafirma en mi empeño de seguir mejorando porque soy consciente de que tengo que seguir puliendo mi piedra.
(Del libro “Mujeres masonas”, Editorial Masónica)