Se ha ido Pablo…

febrero 2, 2023

¿Qué puedo decir de Pablo Milanés?

Al enterarme de su muerte por los medios me quedé muda y no pude decir nada; sentí tristeza, sentí el paso del tiempo, sentí el fin de una época que ya había terminado de hecho y su muerte venía a recordármelo.

Dejé pasar unos días en los que escuché y leí sintetizada en pocas líneas y en dos o tres minutos su vida de 79 años. En un acto de homenaje privado rememoré algunas de sus canciones. Y luego comencé este ejercicio, despojado ya del dolor paralizante de los primeros momentos, en un intento de explicarme qué significado tuvo para toda una generación no sólo de Cuba, su isla natal.

Sin titubeos afirmo que Pablo amaba a sus compatriotas. Las declaraciones en sus últimos años así lo atestiguaron; no tuvo ningún reparo en posicionarse en contra del gobierno cubano tanto del actual como cuando Fidel vivía. Esto se puede comprobar en sus declaraciones en la prensa o en las entrevista en TV.

Al principio de la revolución cubana fue una de las personas que al mismo tiempo que tuvo apoyos por parte de la oficialidad para desarrollar su carrera musical, también sufrió la represión cuando fue recluido en la UMAP (campo de trabajo forzado).

Otra faceta era su amor a la música. Se declaraba deudor de la vieja trova y de la música popular cubana ( Sindo Garay, Lorenzo y Reinaldo Hierrezuelo, Isolina Carrillo entre otras). Sin embargo junto con otro grupo de jóvenes trovadores entre los que se encuentran Noel Nicola, Silvio Rodríguez, Sara González, Amauri Pérez, Emiliano Salvador, Vicente y Santiago Feliu, Marta Campos, Liuba Mª Hevia, formó parte de lo que se conoce como Nueva Trova Cubana. Algunos de ellos fueron apoyados por Haydée Santamaría y formaron parte del Grupo de Experimentación Sonora.

En cuanto a la aportación de Pablo Milanés a la música cubana, tengo que limitarme pues es tan rica, extensa e intensa que excede el espacio de este documento. Sin embargo quiero recordar sus actuaciones en el teatro Carlos Marx de la Habana: canciones como “Yolanda”, “Yo pisaré las calles nuevamente”, “ El breve espacio en que no estás”, llegadas a determinada estrofa, ponían al público en pie como un solo cuerpo y sus voces se unían a la de Pablo , perteneciendo ya estas canciones al patrimonio musical nacional.

Por último si tuviera que quedarme con una, su faceta más destacable sería su inmensa generosidad. Acogedor, por su casa pasaban no solo personas ya consagradas en el mundo de la música, de las letras y de otras artes, también jóvenes artistas que intentaban labrarse un camino en ese difícil campo. No titubeó en tenderles una mano amiga, en darles su apoyo invitándoles a subir con él al escenario en sus actuaciones, como un hermano mayor.

Tuve el privilegio de conocerlo personalmente, también a parte de su extensa familia, y de gozar de su amistad en los años difíciles del llamado “periodo especial”. En su casa conocí personas de peso en el mundo cultural tanto de la isla como de otros países, relevantes en el mundo de la música, literatura y artes plásticas. Me considero afortunada por ello.

Nos deja una inmensa obra musical y un ejemplo de vida con sus luces y sombras. Recordaremos sus canciones, con algunas de sus letras compartimos las utopías de una época, otras permanecerán para siempre en la memoria debido a lo intemporal, universal y eterno de su mensaje.

Pablo Milanés. El breve espacio en que no estás.

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