Ahora estamos en un tiempo nuevo, un tiempo de regeneración que se caracteriza por la superación que debemos practicar, por la fraternidad que debemos ejercitar, por la mirada que debemos cambiar, por la introspección obligada en la que debemos profundizar.
Nacimiento, vida, madurez y muerte, estadios de la vida que debemos contemplar de manera proactiva, pensando en nuestros semejantes y en nosotras mismas y si estábamos haciendo bien nuestro papel en la sociedad. Esa gota en la inmensidad del océano que somos toma conciencia aún más de su pequeñez y de lo insignificantes que somos como seres vivos, pero como seres pensantes.
¿Sabremos aportar algo a lo que nos espera después? Confío en que, incluso en los momentos de pocos ánimos, nos habite la llama de nuestras enseñanzas para aplicarlas hoy más que nunca en la reflexión individual y en la puesta en común colectiva.
Continuemos el camino…
Así sea, ea!! pues caminemos...
Abrazos