14. LA ALEGRÍA ES EL CAMINO
Mi vida había sido en los últimos tiempos demasiado incierta y encontré a alguien que hizo que empezara a interesarme, al principio con imprudente sarcasmo y después con ávido interés, en esa francmasonería tan perseguida y denostada por nuestra sociedad. Fue entonces cuando me planteé incorporarme a la masonería, pero no estaba aun plenamente preparada y lo pospuse. Luego al fin crucé el umbral y hoy estoy aquí llena de agradecimiento y compartiendo tiempo y espacio con mis hermanas en fraternidad.
Llegué con muchas cargas y poco a poco he ido vaciando mi vida de lo inútil para ir llenándola de alegría, confianza, cariño, lealtad, complicidad y humanidad. En mi Logia respiro un ambiente de educación, solidaridad, respeto, tolerancia y sororidad. Me siento feminista y, por tanto, defensora de los derechos y deberes de las mujeres en igualdad con los hombres. Encuentro en mi logia el estímulo para estudiar y trabajar, actividades que me aportan felicidad y energía. En el compromiso con mis hermanas encuentro las fuerzas para continuar el esfuerzo y desarrollar mi tesón. Hay momentos de unidad, pluralidad, diversidad, encuentro…
La masonería femenina sigue llenando mi vida pues me aporta como una brújula para guiarme a través de nuestros principios y nuestra divisa de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Voy hacia donde me guíen los pies en el sendero de la vida y sin prisas recorro el camino masónico. Al pararme a un lado y contemplar la belleza de lo aprendido y la inmensidad del paisaje aún por descubrir junto con todas mis hermanas, siento con gran intensidad que esta experiencia me va a seguir enriqueciendo más y más.
Pienso que estoy en el lugar en el que quiero estar, donde sigo aprendiendo a vivir, a amar, a sentir a mis hermanas como parte de una familia que no me viene dada por nacimiento, sino que he elegido yo libre y conscientemente.
¿Dónde llegaré?, no me planteo la meta, pues está por escribir y lo que vaya a ser, será, y no me producirá incertidumbre, pues habrá algún hombro para apoyarse y descansar, para volver a retomar con pasión la escuadra y el compás.
Retomo la memoria de las que me antecedieron y la mía propia es una bruma en la distancia de lo que soy hoy. Mañana es conjugar el futuro en presente y hacia donde quiero seguir y proseguir. La Logia Clara Campoamor me produce la sensación intemporal de seguir como haces de luces hacia el infinito, me da energía vital como nuestra hermana Clara Campoamor y me hace de otra materia humana. Mis hermanas en logia aspiran a avanzar en sabiduría, fuerza y belleza de una construcción magnífica. Con alegría y vitalidad trato de realizar y llevar a la práctica la metodología masónica, con sus principios y valores.
Creo que me sentiría incompleta sin mis hermanas y espero compartir con ellas miles de aprendizajes, emociones y vivencias durante muchos años más.
Con todo mi amor y cariño a mis queridas hermanas de la Logia Clara Campoamor.
“Donde mis pasos me lleven busco la luz y la fraternidad universal”.
(Del libro “Mujeres masonas”, Editorial Masónica)https://www.masonica.es/libro/mujeres-masonas_143577/