Maestras pintoras

junio 27, 2024

El arte es un espejo y al mismo tiempo una fuente inspiradora- ese es probablemente el motivo de que nos emocionara tanto la exposición “Maestras” que tuvo lugar en el Museo Thyssen (Madrid del 30/10/23 al 4/02/24). Tal vez porque esperábamos esta exposición con ilusión, tal vez porque fuimos entre amigas… pero sobre todo porque se mostraba a mujeres artistas desde el siglo XVII hasta el XX, la visita fue todo un placer. Algunas de las pintoras maestras expuestas eran discretas y poco conocidas, otras habían logrado éxito de público y económico. Entre las seleccionadas algunas habían creado escuelas, como buenas maestras que fueron.

Esta iniciativa del Thyssen continúa la labor iniciada en el Museo del Prado exponiendo para su bicentenario a Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana (“Historia de dos pintoras” en 2019) y con ello reivindica la contribución de las mujeres a la historia del arte y la conveniencia de ir construyendo una genealogía de creadoras que nos permita salir de la oposición Genios (que solo existe en masculino) y Musas (que solo existe en femenino). Al respecto, recomendamos el ciclo de conferencias del CaixaForum coordinado por Laura Freixas.

Como dice el propio folleto de la exposición, esta muestra se hace “en contestación al borrado histórico (…) un recorrido feminista por la contribución de artistas mujeres a la historia del arte (…) estas artistas abordaron cuestiones candentes en su época, tomaron posición y aportaron nuevas iconografías y miradas alternativas.”

Sigamos pues el recorrido histórico de la exposición que empieza por la Italia del siglo XVII, un mundo pictórico en el que se aprecian figuras mitológicas, bíblicas y retratos de personajes históricos. Cuando ellas retratan a Judith, Yael, Susana y Porcia se percibe el silencio impuesto a las mujeres, su exclusión y a la vez sus heroínas son nobles y castas.

En la segunda sala, descubrimos las “Botánicas”. En una época de “revolución científica e inicio del colonialismo, comienza un periodo de esplendor artístico para las pioneras del bodegón y de la ilustración botánica”, se distinguen las pintoras por una representación exquisita de la planta en su ecosistema con mariposas, moscas y otras pequeñas criaturas.

Luego, con la Ilustración, viene una generación de mujeres ciudadanas y entramos en la sala de las “Ilustradas y académicas” como, por ejemplo, Elisabeth Vigée-Le Brun y Angelica Kauffmann. En este primer paso hacia la Modernidad, las pintoras destacan en el género del retrato y todas representan a mujeres cultas. En la sala siguiente: “Orientalismo/Costumbrismo”, ellas también serán viajeras pero, a diferencia de sus colegas masculinos, podrán entrar en los harenes y dar un testimonio fuera de los tópicos eróticos.

Cuando se trata de plasmar “Trabajo y cuidados”, las artistas del siglo XIX representan más a grupos de mujeres, con miradas de apoyo y gestos amistosos. Los ámbitos pueden ser interiores como en el caso de las amas de casa de Lluisa Vidal o exteriores como en el cuadro de las pescadoras de Victoria Malinowska.

Con “Nuevas maternidades” y “Sororidad, complicidades”, nos acercamos a artistas como Berthe Morizot, Mary Cassatt, Paula Modershon-Becker y Tamara de Lempicka, sintiéndonos muy identificadas con sus representaciones, valores y sensibilidad, lejos de la mistificación de la maternidad y de la supuesta rivalidad femenina.

Para finalizar el recorrido, descubrimos la sala denominada “Emancipadas”, en la que destacamos, por una parte, a Sonia Delaunay por su propuesta de pintura-tejido-moda que nos ofrece una nueva concepción del arte y su inserción en la vida cotidiana y, por otra, a Maruja Mallo, por la alegría con la que representa a las ciudadanas en el espacio público.

Pero el cuadro que más nos impactó fue “El cerezo” de Berthe Morizot que nos hace recordar la canción francesa “Le temps des cerises” (canción de esperanza de la Comuna de París y de la Resistencia durante la segunda Guerra Mundial) y obviamente por la lectura simbólica: vemos a dos chicas jóvenes, una subida a la escalera recogiendo los frutos y, la otra, la sostiene con una mano y con la otra le acerca una cesta. La imagen simboliza perfectamente, con aparente inocencia y cotidianidad, el valor y la importancia de la solidaridad y la transmisión.

Según el documental “Mujeres perdidas en el arte” de Susanne Radelhof (2021), que se puede ver en Filmin, hoy en día solo el 5% de las obras expuestas en las colecciones permanentes de los museos son obras de mujeres, así que nos alegramos de esta exposición, aunque tal y como lo propone S. Radelhof, habría que replantear la historia del arte para introducir a las artistas en los rangos a los que pertenecen.

La exposición “Maestras” es una muestra que cumple con el compromiso de nuestra generación con las mujeres del pasado y esperamos ver más en esta misma línea. ¡Ver el mundo pintado por mujeres!

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