(Parte II)
Dentro de la obra de Goethe debemos incluir el cultivo del cuento fantástico, género muy del gusto del Romanticismo. Aquí nos centraremos en un relato que forma parte de “Conversaciones de emigrados alemanes”, obra publicada por primera vez en la Revista de Friedrich Schiller “Die Horen” en 1795 con el sencillo título de “Märchen” (Cuento), aunque será más conocido posteriormente como “La serpiente verde”, tal como se tradujo por primera vez en Francia en 1910.
Es un relato difícil de entender, pudiendo, en un principio, sembrar en el lector la duda de si se encuentra ante un cuento fantástico más donde unos personajes se enfrentan a varias pruebas hasta llegar a un final feliz o si, por el contrario, nos hallamos ante un cuento esotérico abierto a múltiples interpretaciones, pudiendo cada uno llevar a su terreno personal la simbología que lo puebla. Y parece que esa era la intención de Goethe, pues en ninguno de sus escritos revela las claves para facilitar la comprensión de la historia que se nos cuenta. Según Schiller, esas claves interpretativas estarían en el mismo relato. Solamente tenemos una carta a Humboldt (1796) en la que Goethe reconoce que es una obra de carácter simbólico, pero sin dar ninguna pista para su interpretación.
Según Italo Calvino en su Introducción a la antología “Cuentos fantásticos del XIX” (editorial Siruela), el cuento fantástico es el “que más nos dice sobre la interioridad del individuo y de la simbología colectiva…nace entre los siglos XVIII y XIX sobre el mismo terreno que la especulación filosófica: su tema es la relación entre la realidad del mundo que habitamos y conocemos a través de la percepción, y la realidad del mundo del pensamiento que habita en nosotros y nos dirige.” Esta concepción que nos aporta Calvino nos puede servir de ayuda en la interpretación de “La serpiente verde”, donde la figura del río que aparece entre sus páginas nos marca esa frontera entre el mundo de los sentidos y el mundo del espíritu.
Algunos autores piensan que este cuento surgió como respuesta de Goethe a la obra de Schiller “Cartas sobre la educación estética del hombre”, escritas en el contexto de la Revolución Francesa, en las que se exploran ideas como la libertad y la fraternidad cimentadas en la igualdad del ser humano. Otros creen que nació a partir de la lectura de las “Bodas químicas” de Christian Rosenkreutz, obra llena de simbolismo esotérico.
Para Rudolf Steiner, célebre ocultista y pensador muy interesado sobre todo en la obra científica de Goethe, el relato predice una nueva época de sabiduría en la que las riquezas de los antiguos Misterios estarán al alcance de todos. Según Steiner, Goethe legó a la humanidad la idea de que el mundo espiritual está en la otra orilla del río simbólico que aparece en la obra y que sólo a lo largo del sendero de la vida antes del nacimiento puede el alma humana que busca, estar unida al Espíritu que le dio la luz.
Os invitamos a la lectura de este cuento cargado de imágenes simbólicas para que cada uno extraiga sus propias conclusiones. En lo que tal vez coincidamos todos los que nos acerquemos a este universo particular es que, una vez cerrado el círculo de los distintos sucesos que transcurren entre sus líneas, podemos vislumbrar, tras la destrucción y la muerte, la luz de una vida nueva.