PARTE I: EL PODER DE LA MÚSICA EN EL SER HUMANO

La música es amor buscando palabras
Lawrence Durrell
Podemos definir la música como el arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente.
¿Acaso no somos música? Estamos hechas de música, por eso nos sentimos tan bien cuando se entona una melodía preciosa acompañada de las notas y del ritmo y armonías precisas.
La música, como los aromas o los sabores, tienen el poder de trasladarnos a todos los seres humanos del presente al pasado y del pasado al presente, llevándonos a rememorar y a volver a vivir el primer amor, tan romántico; a recordar a nuestra madre cantando mientras cocinaba; a recordar a los niños en el patio del cole cantando en los juegos, en los cumpleaños, en navidad, en fin de curso y en otras celebraciones. Y, por supuesto, en las fiestas de adolescentes, en las de adultas y más adultas...
Y es que la música es capaz de ponernos nostálgicas, alegres, tristes, melancólicas. Tiene ese poder de evocar emociones que de forma silenciosa nos asaltan y atrapan.
Lo expresó magníficamente el escritor Víctor Hugo cuando dijo: “La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio.”
El doctor Stefan Koelsh, músico, sociólogo, neurobiólogo, doctor en neurociencia y profesor de psicología musical de la Universidad Libre de Berlín, ha hecho varios estudios para entender el efecto y el poder de la música sobre nuestro cerebro y, a través de resonancias magnéticas, se puede ver cómo la música modifica profundamente nuestro cerebro. Las conclusiones que él extrajo son interesantes:
- Según las diversas investigaciones, la música tiene efectos regeneradores a nivel biológico. Uno de sus alumnos viajó a África a hacer una investigación. Fue a visitar a personas que nunca habían escuchado música y les puso piezas tristes, alegres, para despertar miedo, alegría y diversos sentimientos, y sus caras reflejaban claramente todas las emociones que evocaban las distintas melodías.
- La música triste puede deprimirnos. Incluso, si nos ponen música que no nos gusta nada, ésta tiene el poder de sacar lo peor de nosotros. La música puede ser utilizada para torturar y manipular a las personas.
- La música y el lenguaje comparten la misma red, sobre todo en los niños. El cerebro no distingue entre música y lenguaje. Por eso es muy importante que tanto niños como bebés escuchen música. Con la música, los niños aprenden más rápido los procesos del lenguaje, la habilidad de escucha y tienen menos problemas de dislexia.
- Ayuda a personas con Parkinson y enfermedades autoinmunes.
- Puede acelerar el corazón, provocar palpitaciones, dilatar las pupilas, alterar la digestión, hacer sudar las manos… y es que todos los órganos, las hormonas y el sistema inmunitario, reaccionan con la música. Las personas que tienen depresión si cantan y tocan juntas, mejoran. Sobre este punto, el profesor nos aclara que tienen muchas observaciones empíricas, pero aún no son científicamente concluyentes.
- Aprender a tocar un instrumento, el poder de la práctica musical en grupo, genera grandes beneficios entre los que pueden señalarse la integración de todas las personas, la mejora en la calidad de sus vidas, el aprendizaje de la cooperación, el entendimiento o el bien común por encima del bien individual. Tocando o cantando mejoramos la capacidad autocrítica, creamos hábitos de estudio y adquirimos disciplina. Además, mejoramos nuestra capacidad de organización.
El músico y cantante mítico, líder de U2, Bono, dijo: “La música puede cambiar el mundo porque puede cambiar a las personas”.
¿Cuál es el poder de la Música? ¿Es aquello que sucede cuando la música transforma nuestro estado de ánimo? ¿Puede ser la magia que hace que a través de los sonidos aparezcan en nuestra mente múltiples recuerdos? ¿Es la fuerza que experimenta un director de orquesta desde su posición cuando dirige? ¿Es la alegría de la intérprete cuando toca de forma maravillosa esa pieza que tanto le costó aprender? ¿Quizá sea la libertad que siente a través de la música una persona discriminada socialmente? ¿Podría ser el beneficio económico que proporciona el negocio musical? ¿El activismo de la canción protesta? ¿Podría ser el símbolo de un país? ¿De un equipo de fútbol? ¿De una generación?, ¿De una logia?
La música está aquí, es un poder que llega en forma directa al ser humano llenándolo de mil percepciones; un mensaje del corazón del arte y la técnica de quien compone para impactar el corazón de quien lo escucha o quien lo interpreta. Ese poder junto con la palabra que se transmite es grande, una mezcla infalible, que influye en el ser humano, en la sociedad y en los estados; puede ser usado para educar, enseñar y mostrar valores, mejorando el desarrollo social, intelectual, moral y espiritual de toda la humanidad.
Cuánta razón tenía Nietzsche cuando escribió: “Sin música, la vida sería un error”.