‘El nombre de la Rosa’, de Umberto Eco es la novela en la que se basa el guión de la película que lleva el mismo título. “Es una tenebrosa intriga medieval que relata la magnífica historia de un sabio monje franciscano (Connery) que, junto a su pupilo (Slater), acude a una abadía remota para intentar resolver unos extraños y misteriosos asesinatos a los que nadie encuentra explicación aparente. Del argumento no se deben dar más datos. Una excelente ambientación e interpretaciones impecables se pusieron al servicio de una gran obviedad: que aquel libro fascinante y complejo tenía una interesantísima intriga que pedía a gritos su adaptación al cine” (Pablo Kurt: FilmAffinity).
Valiéndose de las características de la novela gótica, la crónica medieval y la novela policíaca, ‘El nombre de la rosa’, dirigida por Jean-Jacques Annaud, narra las investigaciones detectivescas que realiza el fraile franciscano Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina en el año 1327. Le ayudará en su labor el novicio Adso, un joven que se enfrenta por primera vez a las realidades de la vida situadas más allá de las puertas del convento.
En esta primera y brillante incursión de Umberto Eco en el mundo de la narrativa, que dio lugar a una manera de concebir la novela histórica, el lector disfrutará de una trama apasionante y una admirable reconstrucción de una época especialmente conflictiva de la historia de Occidente.
En esta trepidante trama se nos cuenta la historia de una abadía que es guardesa y conservadora de una de las mejores bibliotecas del mundo y que recoge libros medievales de grandes pensadores en diferentes lenguas. El padre prior de la Abadía, a sabiendas de que son protectores de grandes conocimientos, guarda los libros incluso de los propios sacerdotes. No es bueno el conocimiento porque conlleva pecado. No es bueno el conocimiento porque se puede ser una persona más preparada para el mundo terrenal y ayuda a fantasear sobre lo desconocido. No es bueno porque el conocimiento te da sabiduría y alas para nuevos pensamientos de libertad. No es bueno porque provoca la risa y la risa es pecado.
Sombras y más sombras del Medievo en el que el conocimiento quedaba sólo para uso y disfrute de unos pocos que son los que imponían el imperio de la ignorancia a sus inferiores en la jerarquía eclesiástica y al pueblo llano que vivía bajo la influencia de la abadía y bajo el zapato de la opresión.
Lo peligroso es saber y pensar por una misma frente a la ignorancia de vivir en el absoluto desconocimiento, pues los poderosos manejan y manipulan mejor las vidas de los ‘ignorantes’.
Podemos colocarnos tanto en un lado como en otro para poder analizar estas dos perspectivas: la del sujeto que es ignorante y aunque sabe que lo es elige seguir siéndolo, o pensar en la ignorancia como el inicio de un camino hacia el conocimiento. Todos somos ignorantes salvo cuando decidimos instruirnos más o cuando nuestros padres deciden por nosotros que la ignorancia no es el camino, y que siempre es mejor saber que no saber. Dicen que el saber no ocupa lugar, pero, aunque algo de cierto tiene este dicho popular, el saber y el conocimiento sí ocupa lugar, y también ocupa tiempo y espacio.
Podemos entender la ignorancia desde un punto de vista positivo, como una puerta hacia el conocimiento. En este sentido, dice Platón: “Lo poco que sé, se lo debo a mi ignorancia”. Fue Sócrates el que inició este camino y lo expresó con su conocida frase “sólo sé que no se nada”.
No importa que la novela tenga lugar en el siglo XIV, ya que lo que subyace es un asunto sobre el que conviene seguir reflexionando.
No leí la novela pero doy por hecho que está bien. Si vi la película y me gustó. Pero hay que reconocer que el planteamiento está muy cogido por los pelos, es muy poco creíble. No es lógico que el venerable Jorge opte por envenenar el libro en vez de destruirlo directamente. Las explicaciones no me convencen. No tiene sentido que un monje cristiano prefiera asesinar antes que destruir un libro que considera tan maligno. En ese sentido la novela tiene los pies de barro, es tramposa.