Durante una noche de Navidad, una anciana le cuenta a su nieta la historia de Eduardo Manostijeras (Johnny Depp), un muchacho artificial creado por un extravagante inventor (Vincent Price) que vive en una mansión. El inventor muere antes de terminarlo, dejándole en lugar de manos hojas de tijeras. Y así Edward se quedó triste y solo en esa mansión ruinosa hasta que una curiosa comercial de maquillaje (AVON) le invita a vivir con su familia en la ciudad de Suburbia. Esta es la trama y la premisa de la que parte esta bella historia.
Su director, Tim Burton, nos regaló en 1990 estos 101 minutos de fantasía sin fin, con cuyo papel protagonista Johnny Deep empezó a brillar en el mundo del celuloide.
La película fue recibida de forma favorable por la crítica y recaudó más de cuatro veces su presupuesto. Ganó el Premio de Cine de la Academia Británica al Mejor Diseño de Producción y el Premio Hugo a la Mejor Presentación Dramática, además de recibir varias nominaciones a otros premios importantes.
Volver a ver de nuevo Eduardo Manostijeras de Tim Burton te devuelve al deleite por lo bello. Es una de esas películas que no puedes dejar de ver una y otra vez. Una sinfonía de poesía, música y arte que convive con lo insulso de una sociedad mezquina y aburrida, que solo recupera su pureza y su esencia cuando ‘Edward’ aparece con su aspecto gótico y lleno de marcas en el rostro por tener esos dedos tan largos construidos con tijeras. La inocencia y bondad de este personaje llena la pantalla de bonitas secuencias y su historia de amor con la protagonista, la inmensa Wynona Rider, han convertido esa película en esencial para todos aquellos que aman el mundo timburtoniano.
Es un cuento gótico de Navidad en que el que un ser extraño, construido a trozos por su padre (Vicent Price), emulando y homenajeando a Frankenstein, llega a este mundo para hacernos la vida más bella. Pero lo diferente, lo extraño, casi nunca está bien visto y al final es la sociedad la que acaba dejando a un lado y arrinconando a todos aquellos que son distintos. Es una historia que se repite constantemente a la vista de cada uno de nosotros: alguien tímido, que se esconde porque se sabe diferente que logra sorprenderte cuando te acercas a él.
Una joya del cine que ya es parte de nuestra memoria y que tiene muchas enseñanzas. Habla de la bondad de un desconocido y de la bondad de quien lo recoge, de lo difícil que es ser diferente en una sociedad estereotipada; de un ser de luz que ilumina todo aquello que toca, así como de la envidia que acaba sembrando en otros. Habla de la necesidad de esconderse por miedo a que acaben con esa luz. Nos muestra un maravilloso ser construido artificialmente pero capaz de sentir, de amar, de dar forma y vida a un jardín repleto de flores. Nos cuenta que ser diferente puede llevarte de ser la persona más querida y popular a la persona más odiada. Habla de amores imposibles y de sueños inalcanzables. Una fantasía necesaria en los tiempos que corren.
Nos encontramos ante una historia gótica que no solo es para niños. Está dirigida directamente a los corazones de todos, independientemente de su edad. Y es que todos albergamos en algún lugar recóndito de nuestro ser un rayo de esperanza que nos ayuda a ver, a veces, con los ojos de la inocencia. Por eso, no debes perdértela.