Yo, Sres. Diputados, me siento ciudadana antes que mujer, y considero que sería un profundo error político dejar a la mujer al margen de ese derecho, a la mujer que espera y confía en vosotros; a la mujer que será indiscutiblemente una nueva fuerza que se incorpora al Derecho y no hay sino empujarla a que siga su camino.
Clara Campoamor, en el Congreso de los diputados, 1 de octubre de 1933.
Hoy es 1 de octubre y queremos, desde nuestra Logia Clara Campoamor, recordar uno de los hechos históricos más importantes que han ayudado a que nuestra sociedad avance en derechos.
Clara Campoamor nos señaló un claro camino no exento de vicisitudes, pero las mujeres lo hemos seguido como una estela, cuya trayectoria nos conducirá a una igualdad plena que aún no hemos conseguido totalmente. Un caso concreto y que se ha producido hace pocas fechas lo hemos tenido en la petición de las jugadoras de fútbol de nuestra selección de una renovación plena en la Federación Española. Este caso, calificado como el #Metoo español o también con el lema #Seacabó, recordando así a la cantante española recientemente desaparecida María Jiménez, es la muestra palpable de que aún quedan cuestiones y asuntos que mejorar y mucho por hacer y por reivindicar.
Vamos a recordar un poco de dónde venimos: una vez proclamada la Segunda República y tras las elecciones de junio de 1931, comenzaron los debates parlamentarios que debían conformar la Constitución por la que se regiría, siendo ésta aprobada el 9 de diciembre de ese mismo año. Esos debates alumbraron hace hoy 92 años el texto que conformó el artículo 36 de dicha Constitución (el 34 en el proyecto de Ley) que reconoce que los ciudadanos de uno u otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes, lo que supuso para las mujeres el derecho al voto, conquistado gracias a Clara Campoamor y a pesar de Victoria Kent, que apostaba por retrasar el voto femenino hasta que estas tuvieran la formación y la independencia económica suficientes para ejercerlo con criterio.
Por desgracia las mujeres solamente pudieron acudir a las urnas en España en dos ocasiones antes del golpe de Estado y posterior Franquismo: el 19 de noviembre de 1933 y nuevamente en 1936.
Para conmemorar este día y recordar a Clara Campoamor, hemos querido recoger parte de un artículo que acompaña en la web a un documental de RTVE, y que recoge las crónicas periodísticas de la época: El pleno ha generado una gran expectación, prueba de ello es el lleno en las tribunas del público. Según comenta el diario El Imparcial, de tendencia liberal: las tribunas están muy animadas, predominando el elemento femenino. Se dice que, estimuladas o reclutadas por la señorita Campoamor, muchas mujeres se han decidido a ejercer su derecho de presencia ante la votación en que habrá de decidirse sobre el artículo 34 del proyecto, que trata de los derechos electorales femeninos.
La prensa repara que en el Congreso, antes de comenzar la sesión desde por la mañana, hay una numerosa comisión (de señoras y señoritas feministas, precisa La Vanguardia) de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas. Tras reunirse con el Presidente del Congreso, Julián Besteiro, recorren los pasillos y salas de la Cámara y a cuantos encuentran, ya sean diputados o periodistas, les entregan unas octavillas escritas a mano con el siguiente mensaje: Señores diputados: No manchen ustedes la Constitución estableciendo en ella privilegios. Queremos la igualdad de los derechos electorales. ¡Viva la República!. Al margen, un sello como firma: Asociación Nacional de Mujeres Españolas, una organización independiente creada ya en 1918 para impulsar los derechos de las mujeres y, en particular, su derecho al voto. Ellas saben que, en este momento, tienen una gran aliada, la diputada Clara Campoamor. Y ya antes de que comience el pleno, han copado los mejores sitios de las tribunas del público.