PARTE II: LOS SÍMBOLOS NOS AYUDAN A CRECER

Mircea Eliade nos dice que “gracias a los símbolos el Mundo se hace “transparente”, susceptible de “mostrar” la trascendencia”. “Los símbolos despiertan la experiencia individual y la transmutan en acto espiritual, en aprehensión metafísica del Mundo”.

Así pues, podemos decir que entre las peculiaridades de lo simbólico en masonería destaca su capacidad de introducirnos en un mundo de lo sagrado, entendido como el mundo de lo espiritual y de lo utópico, y en un horizonte a la vez universal y particular en el que interactúan mutuamente ambas dimensiones. Universal en el sentido de comprensible para todos y particular en el sentido de que es el sujeto el que lo piensa y le da una interpretación. Pues aquí no se busca dotar al símbolo solamente de un significado unitario válido para todo masón o masona sino que además cada uno, de forma individual, logre a su vez revestirlo de un significado propio que le ayude a la reflexión y al desarrollo personal.

Este nutrirnos a través de los símbolos puede expresarse como una búsqueda permanente encaminada a no dejarnos atrapar por la ignorancia, el fanatismo y la ambición excesiva. Porque somos personas amantes del saber que consideramos la ignorancia como uno de los grandes males que impide nuestro progreso personal y el de la Humanidad. Pero el saber nunca debe ser un arma frente a los otros ni debe estar acompañada de una actitud soberbia como la de los que se creen en posesión de la verdad (fanáticos). La adquisición de sabiduría que se forja a través de la interpretación de los símbolos ha de estar al servicio del desarrollo humano y nunca en beneficio de una ambición ni exclusivamente personal ni excesiva.

El uso del símbolo está muy presente en nuestros días. Nos invade desde nuestros teléfonos móviles y ordenadores. Todos conocemos los símbolos de Facebook, Instagram, Google. Las empresas los utilizan para que con un solo golpe de vista reconozcamos su marca: Nike, Adidas, Chanel, Renault, Starbuck y tantos otros. Pero por encima de esta función utilitaria y superficial enfocada al consumismo, no podemos olvidar su función de transmitir y representar ideas complejas o abstractas, cuya densidad resulta difícil de expresar mediante el lenguaje cotidiano, comunicando conceptos que operan a nivel inconsciente. Según Mircea Eliade, el inconsciente del ser humano moderno no cesa de presentarle innumerables símbolos y cada uno tiene una misión que cumplir con el objetivo de asegurar el equilibrio de la psique o restablecerlo ofreciéndole soluciones a las dificultades de su propia existencia.

En realidad, los símbolos nos nutren espiritual y moralmente como herramientas que nos permiten descubrir y avanzar en el camino del perfeccionamiento.

Hemos pretendido haceros pensar y en esta misma línea finalizamos queriendo plantearos algunas preguntas:

¿Qué diferencia hay entre símbolo y signo?

¿Somos realmente seres simbólicos los humanos?

¿En la masonería hay algún símbolo que tenga una única interpretación?